En el Salmo 74 se pregunta por qué Dios ha desechado para siempre una oveja de su prado, desatando su furor. Se pide porque recuerde su congregación, aquella que redimió para darles herencia. Se habla de cómo los enemigos han quemado los templos.
Se pide que se castigue debido a las acciones, sin olvidar a aquellos que se han afligido por él. Para no volver avergonzado al que ya se encuentra abatido. Se llama a que Dios se manifieste, y que termine por hacer justicia a aquellos hombres que su nombre blasfema.
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🙏Oración Salmo 74🙏
¿Por qué, oh Dios, nos has adesechado para siempre?
¿Por qué se ha encendido tu furor contra las ovejas de tu prado
Acuérdate de tu congregación, que adquiriste desde tiempos antiguos,
la tribu de tu heredad que redimiste;
este monte Sion, donde has habitado.
Dirige tus pasos a los asolamientos eternos,
a todo el mal que el enemigo ha hecho en el santuario.
Tus enemigos han rugido en medio de tus asinagogas;
han puesto sus estandartes por señales.
Cualquiera se hacía famoso según levantaba
el hacha en medio de tupido bosque.
Y ahora con hachas y martillos
han quebrado todas sus aentalladuras.
Han prendido fuego a tu santuario;
han profanado el tabernáculo de tu nombre echándolo a tierra.
Dijeron en su corazón: Destruyámoslos de una vez;
han quemado todas las sinagogas de Dios en la tierra.
No vemos ya nuestras señales;
ya ano hay profeta,
ni entre nosotros hay quien sepa hasta cuándo.
¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el adversario?
¿Ha de ablasfemar el enemigo perpetuamente tu nombre?
¿Por qué retraes tu mano, tu diestra?
¡Sácala de dentro de tu seno!
Mas Dios es mi arey desde la antigüedad;
él es quien trae salvación en medio de la tierra.
Tú dividiste el mar con tu poder;
quebrantaste cabezas de monstruos en las aguas.
Tú aplastaste las cabezas del aLeviatán;
lo diste por comida a los habitantes del desierto.
Tú aabriste la fuente y el río;
tú bsecaste ríos inagotables.
Tuyo es el día, tuya también es la noche;
tú estableciste la luz y el sol.
Tú fijaste todos los límites de la tierra;
el verano y el invierno tú los creaste.
Acuérdate de esto: que el enemigo ha afrentado a Jehová,
y que un pueblo insensato ha blasfemado tu nombre.
No entregues a las fieras el alma de tu tórtola,
y no olvides para siempre la congregación de tus afligidos.
Considera el aconvenio,
porque los blugares tenebrosos de la tierra están llenos de habitaciones de violencia.
No vuelva avergonzado el abatido;
alaben el afligido y el menesteroso tu nombre.
Levántate, oh Dios; aboga tu causa;
acuérdate de cómo el insensato te injuria todo el día.
No olvides las voces de tus enemigos;
el alboroto de los que se levantan contra ti sube continuamente.