El Salmo 58 inicia con la interrogativa de si los hijos de los hombres están siendo realmente juzgados. Aquellos que, desde que nacieron, hablaron mentiras, esparciendo veneno tal como si de una serpiente se tratase. Que no oye la voz, que no se deja ser encantado.
Se pide que sus dientes sean quebrados, que se disipen tal cual agua que corre, que no vean el sol, como el que nace muerto. Que sean arrebatados tempestad, para que el justo pueda alegrarse conociendo la venganza, ya que significaría que existe galardón para quien el bien hace. Y Dios realmente juzga.
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🙏Oración Salmo 58🙏
Oh vosotros, ¿pronunciáis en verdad justicia?
¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres?
Antes bien, en el corazón cometéis injusticias;
hacéis que la violencia de vuestras manos pese en la tierra.
Se alejaron los impíos desde la matriz;
se descarriaron desde el vientre, hablando mentira.
Veneno tienen, como veneno de serpiente;
son como la víbora sorda que cierra su oído,
que no oye la voz de los encantadores,
por más hábil que el encantador sea.
Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas;
quiebra, oh Jehová, los colmillos de los leoncillos.
Sean disipados como aguas que corren;
cuando disparen sus saetas, sean hechas pedazos.
Pasen ellos como el caracol que se deshace;
como el que nace muerto, no vean el sol.
Antes que vuestras ollas sientan la llama de los espinos,
así vivos, así airados, los barrerá él con tempestad.
Se alegrará el justo cuando vea la venganza;
sus pies lavará en la sangre del impío.
Entonces dirá el hombre:
Ciertamente hay fruto para el justo;
ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.