El Salmo 92 inicia contándonos lo bueno que es alabar a Jehová, anunciar su misericordia y guardar fidelidad. Después de todo, son sus obras las que nos llenan de gozo. El único que cuenta con pensamientos profundos, algo que no entiende un hombre necio e insensato.
Se habla de Jehová como el siempre Altísimo, la figura que por siempre hará perecer a sus enemigos, y la manera que puede esparcir a todo aquel que haga maldad. Menciona como, al contrario, el hombre justo florecerá, y crecerá tal cual cedro en el Líbano.
Indice de Contenidos
🙏Oración Salmo 92🙏
Bueno es dar gracias a Jehová,
y cantar alabanzas a tu nombre, oh Altísimo;
anunciar por la mañana tu misericordia,
y tu fidelidad por las noches,
con el decacordio y con el salterio,
en tono suave con el arpa.
Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras;
por las obras de tus manos cantaré de gozo.
¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová!
¡Cuán profundos son tus pensamientos!
El hombre necio no sabe,
y el insensato no entiende esto.
Los malvados brotan como la hierba,
y los que hacen iniquidad florecen todos
para ser destruidos para siempre.
Mas tú, oh Jehová, para siempre eres el Altísimo.
Porque he aquí tus enemigos, oh Jehová,
porque he aquí, tus enemigos perecerán;
serán dispersados todos los que hacen iniquidad.
Pero tú acrecentarás mi poderío como el de un toro salvaje;
seré ungido con aceite fresco.
Y mirarán mis ojos sobre mis enemigos;
oirán mis oídos de los malignos que se levantan contra mí.
El justo florecerá como la palmera;
crecerá como el cedro en el Líbano.
Plantados en la casa de Jehová,
florecerán en los atrios de nuestro Dios.
Aun en la vejez fructificarán;
estarán vigorosos y frondosos,
para anunciar que Jehová, mi roca, es recto,
y que en él no hay injusticia.
