Cuando me enfrenté al diagnóstico de cáncer, fue como si el mundo se detuviera. Fue un golpe que sacudió mi ser en todos los aspectos: físico, emocional y espiritual. Sentí como si estuviera cargando una cruz pesada, una que, en ocasiones, me hizo cuestionar el porqué de esta aflicción. En medio de la confusión y el dolor, encontré refugio en mi fe. Me aferré al manantial de vida que es Dios y poco a poco, comencé a ver el cáncer desde una perspectiva diferente.
A través de la historia, Jesús sanó a innumerables personas que llegaron a Él con una fe sincera. Entendí que, aunque es esencial buscar atención médica adecuada, también es fundamental acercarse a Dios en momentos de enfermedad. Descubrí que esta prueba, aunque dolorosa, me brindó la oportunidad de confiar en Él, de valorar el amor de mi familia y de apreciar todos los dones que la vida me ha otorgado.
La oración se convirtió en mi refugio, en mi conexión directa con lo divino. A través de una plegaria sincera, paciente y continua, pude entrar en un diálogo íntimo con Dios. Abrí mi corazón y mis pensamientos en cada oración, y la paz que experimenté me ayudó a discernir la acción de Dios en medio de mi enfermedad.
En este sección de mi blog, encontrarás oraciones diseñadas para diferentes etapas de la enfermedad, desde el diagnóstico hasta los momentos más difíciles.