La Magnífica, conocida en latín como «Magnificat», es una de las oraciones más importantes del catolicismo. Se encuentra basada en lo descrito en el Evangelio según San Lucas, Capítulo 1, versículos 46 al 55.
Indice de Contenidos
Historia de la Magnifica
El evangelio cuenta que poco antes del nacimiento de Jesús la Virgen María visitó a su prima Isabel, quien también estaba embarazada como consecuencia de un milagro de Dios.
El encuentro entre María y su prima se efectuó en cercanías a la montaña de Judea, ya que en ese lugar vivía Isabel con su esposo Zacarías, un reconocido sacerdote.
Luego de que Isabel viera a María, su bebé saltó de emoción por estar cerca al hijo de Dios. Ella la saludó y le dijo:
¡Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto que llevas en tu vientre!
¿Quién soy yo para que la madre de Dios me visite?
Apenas te vi, el niño que llevo en mi seno saltó de emoción.
Estoy feliz por ti, pues se cumplirá lo que el Señor te anunció.
María le respondió a Isabel con la oración de La Magnífica, en la cual ella colocaba su confianza en los designios del Señor.
¿Cuándo usar la oración La Magnífica?
En la actualidad, la oración La Magnífica se emplea durante el rezo de las vísperas, que se encuentra en la Liturgia de las horas.
Sumado a ello, es la plegaria indicada para los casos más complicados, pues María da a las almas la fortaleza necesaria para superar cualquier mal o peligro que las aflija.
Es por eso que los creyentes siempre la recitan con fe y convicción, pues comprenden que la Virgen María les dará la protección necesaria para alejar las enfermedades y peligros que los persigan.
🙏 Oración para la Magnífica🙏
Glorifica mi alma al Señor y mi espíritu se llena de gozo, al contemplar la bondad de Dios mi Salvador.
Porque ha puesto la mirada en la humilde sierva suya y ved aquí el motivo porque me tendrán por dichosa y feliz todas las generaciones.
Pues ha hecho en mi favor, cosas grandes y maravillosas, él que es Todopoderoso y su nombre infinitamente santo, cuya misericordia se extiende de generación en generación, a todos cuantos le temen.
Extendió el brazo de su poder, y disipo el orgullo de los soberbios, trastornando sus designios.
Desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes.
A los necesitados los llenó de bienes y a los ricos los dejó sin cosa alguna.
Exaltó a Israel su siervo, acordándose de él por su gran misericordia y bondad.
Así como lo había prometido a nuestro padre Abraham y a toda su descendencia por los siglos de los siglos.
Amén
🙏 Poderosa oración de la magnifica al revés 🙏
˙uéɯɐ ˙oʇuɐs nʇıɹídsǝ lɐ ɐıɹolƃ ‘oɾıɥ lɐ ɐıɹolƃ ‘ǝɹpɐd lɐ ɐıɹolƃ ˙ɐıɔuǝpuǝɔsǝp ns ʎ ɯɐɥɐɹqɐ ǝɹpɐd oɹʇsǝnu ɐ opıʇǝɯoɹd ɐíqɐɥ ol oɯoɔ ísɐ ؛pɐpuoq ʎ ɐıpɹoɔıɹǝsıɯ ns ɹod lé ǝp ǝsopuápɹoɔɐ ‘oʌɹǝıs ns lǝɐɹsı ɐ óʇlɐxǝ ˙ɐunƃlɐ ɐsoɔ uıs óɾǝp sol soɔıɹ sol ɐ ʎ soɹosǝʇ ǝp óɯloɔ sol sopɐʇısǝɔǝu sol ɐ ˙sǝplıɯnɥ sol ɐ óuǝll ʎ sosoɹǝpod sol ɐ óʎǝsodsǝp ˙soıuƃısǝp sns opuɐuɹoʇsɐɹʇ soıqɹǝqos sol ǝp ollnƃɹo lǝ odısıp ʎ ɹǝpod ns ǝp ozɐɹq lǝ óıpuǝʇxǝ ‘uɐɯǝʇ ǝl soʇuɐnɔ sopoʇ ɐ uóıɔɐɹǝuǝƃ uǝ uóıɔɐɹǝuǝƃ ǝp ǝpuǝıʇxǝ ǝs ɐıpɹoɔıɹǝsıɯ ɐʎnɔ oʇuɐʇ ‘ǝʇuǝɯɐʇıuıɟuı sǝ ǝɹqɯou ns ʎ osoɹǝpodopoʇ sǝ ǝnb lǝ sɐsollıʌɐɹɐɯ ʎ sǝpuɐɹƃ ʎnɯ sɐsoɔ ɹouoɥ ıɯ uǝ oɥɔǝɥ ɐɥ sǝnd ‘sǝuoıɔɐɹǝuǝƃ sɐl sɐpoʇ zılǝɟ ʎ ɐsoɥɔıp ɹod uáɹpuǝʇ ǝɯ ǝnbɹod oʌıʇoɯ lǝ ínbɐ ǝɔǝɹ ʎ ɐʎns ɐʌɹǝıs ǝplıɯnɥ ɐl uǝ ɐpɐɹoɯ ɐl oʇsǝnd ɐɥ ǝnbɹod ɹopɐʌlɐs ıɯ soıp ǝp pɐpuoq ɐl ɹɐldɯǝʇuoɔ lɐ ozoƃ ǝp ɐuǝll ǝs nʇıɹídsǝ ıɯ ʎ ɹoñǝs lɐ ɐɯlɐ ıɯ ɐɔıɟıɹolƃ
🙏 Oración la Magnificat original en Latín 🙏
Magnificat anima mea Dominum;
Et exultavit spiritus meus in Deo salutari meo,
Quia respexit humilitatem ancillae suae; ecce enim ex hoc beatam me dicent omnes generationes.
Quia fecit mihi magna qui potens est, et sanctum nomen ejus,
Et misericordia ejus a progenie in progenies timentibus eum.
Fecit potentiam brachio suo;
Dispersit superbos mente cordis sui.
Deposuit potentes de sede, et exaltavit humiles.
Esurientes implevit bonis, et divites dimisit inanes.
Sucepit Israel, puerum suum, recordatus misericordiae suae,
Sicut locutus est ad patres nostros, Abraham et semeni ejus in saecula.
Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto