En el Salmo 25 nos encontramos con David implorando dirección, perdón y ser protegido. En él, inicia reafirmando su confianza en Dios, rogando no ser avergonzado ante sus enemigos, y ser encaminado hacia el camino de la salvación. Pidiendo olvidar aquellos pecados cometidos en su juventud.
David afirma que las angustias de su corazón han aumentado, se encuentra solo y afligido, pidiendo que se le libre, esperando que su confianza le otorguen integridad y rectitud. Al final, pide que todas las angustias de Israel sean redimidas. Un salmo para reafirmar la fe en Jehová sin importar qué.
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🙏Oración Salmo 25🙏
A ti, oh Jehová, elevaré mi alma.
Dios mío, en ti confío;
no sea yo avergonzado.
No se alegren de mí mis enemigos.
Ciertamente ninguno de cuantos en ti esperan será avergonzado;
serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
Muéstrame, oh Jehová, tus caminos;
enséñame tus sendas.
Encamíname en tu verdad y enséñame,
porque tú eres el Dios de mi salvación;
en ti he esperado todo el día.
Acuérdate, oh Jehová, de tus tiernas misericordias y de tu compasión,
que son perpetuas.
De los pecados de mi juventud y de mis rebeliones, no te acuerdes;
conforme a tu misericordia acuérdate de mí,
por tu bondad, oh Jehová.
Bueno y recto es Jehová;
por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.
Encaminará a los humildes por el juicio,
y enseñará a los mansos su camino.
Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad
para los que guardan su convenio y sus testimonios.
Por amor de tu nombre, oh Jehová,
perdona mi iniquidad, porque es grande.
¿Quién es el hombre que teme a Jehová?
Él le enseñará el camino que ha de escoger.
Su alma morará en bienestar,
y su descendencia heredará la tierra.
La comunión íntima de Jehová es para con los que le temen,
y a ellos hará conocer su convenio.
Mis ojos se dirigen siempre hacia Jehová,
porque él sacará mis pies de la red.
Vuélvete a mí y ten misericordia de mí,
porque estoy solo y afligido.
Las angustias de mi corazón se han aumentado;
sácame de mis congojas.
Mira mi aflicción y mis afanes,
y perdona todos mis pecados.
Mira mis enemigos, cómo se han multiplicado,
y con odio violento me aborrecen.
Guarda mi alma y líbrame;
no sea yo avergonzado, porque en ti he confiado.
Integridad y rectitud me guarden,
porque en ti he esperado.
Redime, oh Dios, a Israel
de todas sus angustias.