David inicia el Salmo 26 pidiendo ser juzgado por Jehová, porque se encuentra seguro de haber confiado en él sin dudar. Reconociendo que, incluso en sus más íntimos pensamientos y lo profundo de su corazón, su misericordia aguarda. Rechazando todo impío y ser maligno en su camino.
David afirma que podrá andar alrededor del altar de Jehová, agradecido y con ansias de esparcir las maravillas que ha logrado. Pide no ser puesto delante de pecadores, y hombres sanguinarios, que representan el mal. Cierra pidiendo misericordia, bendiciendo a Jehová y reafirmando su rectitud hacia su figura.
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🙏Oración Salmo 26🙏
Júzgame, oh Jehová,
porque yo en mi integridad he andado;
he confiado asimismo en Jehová; no vacilaré.
Pruébame, oh Jehová, y examíname;
escudriña mi mente y mi corazón.
Porque tu misericordia está delante de mis ojos,
y en tu verdad he andado.
No me he sentado con hombres falsos,
ni iré con los que simulan.
Aborrecí la reunión de los malignos,
y con los impíos nunca me sentaré.
Lavaré en inocencia mis manos,
y andaré alrededor de tu altar, oh Jehová,
para exclamar con voz de acción de gracias,
y para contar todas tus maravillas.
Jehová, la habitación de tu casa he amado,
el lugar de la morada de tu gloria.
No lleves mi alma junto con los pecadores
ni mi vida con hombres sanguinarios,
en cuyas manos está el mal,
y su diestra está llena de sobornos.
Mas yo andaré en mi integridad;
redímeme y ten misericordia de mí.
Mi pie ha estado en rectitud;
en las congregaciones bendeciré a Jehová.