El Salmo 30 inicia siendo un agradecimiento por parte de David, pues, Jehová no ha dejado que sus enemigos se alegraran. Lo aclamó, y fue sanado. Le dio vida, para que no tuviese que ser sepultado. Asegurando que su ira puede llegar en cualquier momento, pero su favor estará presente por la eternidad.
David pide a Jehová que lo ayude, preguntándose qué provecho podría haber de su fallecimiento. Reconociendo que su imagen ha cambiado su vida a plenitud, y la ha ceñido de alegría. Es por ello que a él alabará para siempre.
Indice de Contenidos
🙏Oración Salmo 30🙏
Te glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado,
y no has dejado a mis enemigos alegrarse de mí.
Oh Jehová, Dios mío,
a ti clamé, y me sanaste.
Oh Jehová, hiciste subir mi alma del Seol;
me diste vida para que no descendiese a la fosa.
Cantad a Jehová, vosotros sus santos,
y dad gracias por la memoria de su santidad.
Porque por un momento será su furor;
mas en su favor está la vida.
Por la noche durará el llanto,
y a la mañana vendrá la alegría.
Y dije yo en mi prosperidad:
No seré jamás movido.
Tú, oh Jehová, con tu favor
has afirmado mi monte con poder.
Escondiste tu rostro; fui conturbado.
A ti, oh Jehová, clamaré;
y al Señor suplicaré.
¿Qué provecho hay en mi muerte
cuando yo descienda a la sepultura?
¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?
Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí;
Jehová, sé tú mi ayudador.
Has cambiado mi lamento en baile;
desataste mi cilicio y me ceñiste de alegría,
para que a ti cante gloria y no esté callado.
Oh Jehová, Dios mío, te alabaré para siempre.