Oración del Salmo 36 – La misericordia de Dios

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El Salmo 36 se refiere al impío, un ser que no teme a Dios delante sus ojos, que considera fraude cualquier palabra que sale de su boca, que no es cuerdo y no hace el bien. Medita maldad, pues en un camino no bueno está.

Sin embargo, reconoce que bajo las alas de Jehová se encuentra el manantial de la vida, la única manera de ver la luz. Pide que su misericordia llegue a todos los que le conocen, y la justicia sea dada para los rectos de corazón. David implora no ser movido por la mano de impíos, pues estos ya han sido derribados. 

Indice de Contenidos

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🙏Oración Salmo 36🙏

La transgresión del impío me dice al corazón:
No hay temor de Dios delante de sus ojos.

Porque se lisonjea en sus propios ojos,
hasta que su iniquidad sea hallada aborrecible.

Las palabras de su boca son iniquidad y fraude;
ha dejado de ser sensato y de hacer el bien.

Maquina iniquidad sobre su cama;
está en camino no bueno;
el mal no aborrece.

Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia;
tu fidelidad alcanza hasta las nubes.

Tu justicia es como las montañas de Dios;
tus juicios, las grandes profundidades.
Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.

¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu amorosa bondad!
Por eso los hijos de los hombres se refugian bajo la sombra de tus alas.

Serán completamente saciados de la grosura de tu casa,
y tú les darás de beber del torrente de tus deleites.

Porque contigo está el manantial de la vida;
en tu luz veremos la luz.

Extiende tu misericordia a los que te conocen,
y tu justicia a los rectos de corazón.

No venga contra mí el pie de la soberbia,
ni me mueva la mano de los impíos.

Allí cayeron los obradores de iniquidad;
fueron derribados y no podrán levantarse.

Explicación del Salmos 36

Vídeo de la Oración del Salmo 36

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