Oración del Salmo 50 – Dios juzgará al mundo

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El Salmo 50 nos cuenta de la venida de Dios para juzgarnos, convocando a los cielos y la tierra, para así reputar a su pueblo. Nos habla de lo innecesario que sería sacrificar animales, o dar ofrendas, porque Dios ya lo es dueño de todo. 

Habla sobre la poca capacidad que tiene quien hace mal de juzgar las leyes divinas, si no ha hecho nada para cambiar las penurias de la tierra. Siendo Dios el único capaz de callar y reprender, quienes se olviden de él no encontrarán ser librados. No les será mostrada la salvación.

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🙏Oración Salmo 50🙏

El Dios de dioses, Jehová, ha hablado
y ha convocado a la tierra desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.

Desde Sion, perfección de hermosura,
Dios ha resplandecido.

Vendrá nuestro Dios y no callará;
fuego consumirá delante de él,
y alrededor de él habrá gran tempestad.

Convocará a los cielos desde lo alto
y a la tierra, para juzgar a su pueblo.

Reunidme a mis santos,
los que hicieron conmigo convenio mediante sacrificio.

Y proclamarán los cielos su justicia,
porque Dios es el juez. Selah

Oye, pueblo mío, y hablaré;
oh Israel, testificaré contra ti.
Yo soy Dios, el Dios tuyo.

No te reprenderé por tus sacrificios
ni por tus holocaustos, que siempre delante de mí están.

No tomaré de tu casa becerros
ni machos cabríos de tus rediles.

Porque mía es toda bestia del bosque
y el ganado en mil collados.

Conozco todas las aves de los montes,
y todo lo que se mueve en el campo me pertenece.

Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti,
porque mío es el mundo y su plenitud.

¿He de comer yo carne de toros
o de beber sangre de machos cabríos?

Ofrece a Dios tu gratitud,
y paga tus votos al Altísimo.

E invócame en el día de la angustia;
te libraré, y tú me honrarás.

Pero al malo dijo Dios:
¿Qué derecho tienes tú de recitar mis estatutos
y de tomar mi convenio en tu boca?

Pues tú aborreces la disciplina
y das la espalda a mis palabras.

Si veías al ladrón, te complacías con él,
y con los adúlteros era tu parte.

Tu boca metías en el mal,
y tu lengua urdía engaño.

Tomabas asiento y hablabas contra tu hermano;
al hijo de tu madre calumniabas.

Estas cosas hiciste, y yo he callado;
pensabas que de cierto sería yo como tú;
pero te reprenderé y las expondré delante de tus ojos.

Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios,
no sea que os despedace y no haya quien os libre.

El que ofrece gratitud me honrará;
y al que ordena su camino,
le mostraré la salvación de Dios.

Explicación del Salmos 50

Vídeo de la Oración del Salmo 50

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